Cristina recargada. Notas sobre las elecciones primarias en la Argentina
agosto 20, 2011

20.8.2011
Hola, luego de una semana agitada y compleja, por razones de salud, tan «involuntarias» como el desempleo masivo de la década de los treintas, según Keynes, va la nota sobre las elecciones primarias de la Argentina prometida hace largo rato. Confío en que va a ofrecer un buen material para la discusión. Como siempre, ¡bienvenidas las críticas!


Las elecciones “primarias” que acaban de tener lugar en la Argentina dejaron numerosas enseñanzas. Sería imposible reseñar todas y cada una de ellas en un breve texto como este. Se impone, por lo tanto, la necesidad de sintetizar y privilegiar algunas cuestiones, postergando el tratamiento de otras para otros momentos. Centraremos nuestro análisis en tres ejes principales: (a) las razones de su apabullante victoria;  (b) la agenda del gobierno para los próximos años; (c) las tareas de la izquierda ante la actual coyuntura.(clic abajo en Más información)

Va de suyo que para quien esto escribe la elección presidencial (no así la de los demás cargos a nivel nacional, provincial y municipal) del 23 de Octubre se convirtió, luego de las primarias, en un ejercicio superfluo. Salvo por un catastrófico imponderable la re-elección de Cristina Fernández de Kirchner (CFK)  en la primera vuelta electoral ya está asegurada: le sacó una indescontable diferencia de 38 puntos a Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde. Peor aún, en Lomas de Zamora, supuesto bastión del duhaldismo, CFK aventajó al ex presidente por 43 puntos: obtuvo 57 % de los votos contra un flaco 14 % de su contendor. Y en la mesa 26 de la Escuela Nº 9 donde emitió su voto Duhalde, Cristina se alzó con el apabullante 73 % contra un raquítico 9 % de su rival. La Udeso, liderada por Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez, fue derrotada sin atenuantes en 132 de los 134 distritos de la provincia de Buenos Aires. Teniendo en cuenta estos demoledores antecedentes cualquier especulación acerca de las chances que podrían tener cualquiera de las dos mayores candidaturas de la oposición es un alarde de voluntarismo carente de todo fundamento. Claro está que hay que reconocer que por detrás de ese infundado optimismo existen también razones tácticas que obligan a ello: la deserción de un candidato presidencial acarrearía consecuencias muy negativas para los otros postulantes pegados a su boleta (senadores y diputados nacionales, gobernadores, legisladores provinciales, intendentes, concejales) al mismo tiempo que debilitaría la capacidad de esa fuerza para conquistar posiciones en lo terreno parlamentario y en los gobiernos locales.
                                       
¿Por qué ganó CFK?
 
Lo primero que hay que decir es que su aplastante victoria se debió antes que nada a los méritos propios de su gestión gubernativa. Vale la pena insistir en esto porque la tónica dominante de muchos análisis parece sugerir que su triunfo fue antes que nada causado por la fenomenal ineptitud de la oposición. Este es un planteamiento erróneo porque deja en las sombras algunos factores que, sin duda, influenciaron muy positivamente en las preferencias ciudadanas. Por empezar, mal se podría desconocer el impacto “oficialista” que aquí y en cualquier otro país ejerce la bonanza económica, por relativa que sea y más allá de sus insatisfactorios y/o limitados impactos redistributivos. Pero si además el crecimiento económico va acompañado por una fuerte expansión del consumo (no importando, ante los ojos de los beneficiarios, los mecanismos mediante los cuales se lo promueve); la creación de empleos (no importa si registrados o “en negro”); una modesta pero bienvenida mejoría en sueldos y salarios y en las remuneraciones a los jubilados y pensionados; la enorme ampliación de la cobertura previsional con la jubilación de las amas de casa; la implementación de algunas políticas paliativas del grave problema de la pobreza que el país viene padeciendo desde los años noventas (Asignación Universal por Hijo, tres millones y medio de personas cubiertas por distintos planes sociales, retorno a la escuela impulsado por la masiva entrega de netbooks, etcétera), sería verdaderamente una anomalía que este conjunto de factores se hubiese revelado incapaz de fomentar un sentimiento de conformidad para con el gobierno nacional. 
Si a ello se le agregan otros componentes que expresan una vocación progresista de la Casa Rosada, como la Ley de Medios, el Matrimonio Igualitario, la política de derechos humanos, la estatización de las AFJP y Aerolíneas Argentinas y la reorientación latinoamericanista de la política exterior nadie debería manifestarse sorprendido ante el categórico veredicto de las urnas. Podría haber sorpresa en el nivel del apoyo -más del 50 %- o en los 38 puntos que separan a CFK de sus más inmediatos perseguidores, pero no en la reconfirmación de su liderazgo en el terreno electoral.

         El éxito oficial sirvió, de paso, para demostrar que los poderosos medios hegemónicos -verdaderos “intelectuales orgánicos”, diría Gramsci, del heteróclito archipiélago opositor- carecen de los poderes omnímodos que muchos, tanto en el gobierno como en la oposición, les habían atribuido. Pueden agigantar lo que hay, pero sus artimañas y manipulaciones no les alcanzan para inventar lo que no existe. Y la oposición, en la Argentina post-crisis del 2001, post “que se vayan todos”, no existe. Lo que aparece bajo la equívoca etiqueta de “oposición” es una colección de individualidades y precarias organizaciones políticas, mutuamente repulsivas, carente de unidad y coherencia, sin un claro programa alternativo que no sea volver al pasado todo lo cual la convierte en fácil presa de las iniciativas del kirchnerismo. En el período transcurrido entre las elecciones parlamentarias de Junio del 2009 y las del 14 de Agosto de este año sus exponentes exhibieron excepcionales dosis de ineptitud, egocentrismo, sectarismo, ombliguismo y personalismo que aportaron lo suyo para hacer posible el triunfo de Cristina. En síntesis: a la oposición le sobró vanidad y le faltó grandeza. Y la protesta social, vigorosa y recurrente, transitó por carriles que no tenían contacto con los partidos de la oposición. Salvo, en algunos pocos casos, con las pequeñas expresiones de la izquierda.
Fue debido a ello que el multimedio Clarín no pudo, empleando a fondo su vastísima red de propaganda y manipulación políticas, inventar una opción donde no la había, o fabricar un líder capaz de concitar la adhesión de grandes segmentos de nuestra sociedad. Por más que algunos de los candidatos de la oposición fueran exhibidos ad nauseam, noche a noche, en los distintos programas televisivos del multimedio -especialmente Eduardo Duhalde y Elisa Carrió y, en menor medida, Ricardo Alfonsín- y se les concediera, en algunos casos, hasta veinticinco minutos ininterrumpidos de pantalla (¡algo absolutamente extraordinario en el timing televisivo!) ni uno sólo de los favorecidos por tamaña “generosidad” del oligopolio logró convertirse en un competidor serio de CFK. Peor aún: la venenosa campaña mediática en contra del gobierno terminó por volverse en contra de quien, desde una autoasignada función de conciencia ética de la república, la encarnó con singular vehemencia. Nos referimos, está claro, a Elisa Carrió, derrumbándose desde el 23 % de los votos obtenidos en la elección presidencial del 2007 a un triste tres y tanto por ciento en las primarias del domingo pasado. Una caída, dicho sea al pasar, que tampoco puede atribuirse a los poderes demiúrgicos de la televisión oficial, cuyo módico  rating –inclusive en un programa como 6-7-8- la inhiben de acometer empresas tan demoledoras, suponiendo que lo quisiera. Y lo mismo puede decirse de la prensa gráfica oficial o identificada con la gestión de CFK: el “periodismo militante” pudo haber ayudado a consolidar la adhesión de los ya convencidos, pero jamás proyectar a Cristina por encima del cincuenta por ciento de los votos. Este acotado poder de los medios, de uno y otro bando, no deja de ser una buena noticia para la democracia.
La agenda para el segundo turno

 El arrasador triunfo de CFK enfrenta un peligro que al menos en un par de discursos recientes pareció haber sido advertido por la presidenta cuando dijo, textualmente, “no me la creo.” En efecto: el riesgo es pensar que ante la plebiscitaria ratificación de su mandato las cosas están bien y el rumbo emprendido es el correcto. En realidad, la situación económica ha venido mejorando pero las asignaturas pendientes son muchas, y muy urgentes. El mantenimiento de la torpe política adoptada con el INDEC, que equivale destruir un termómetro porque registra la temperatura producida por una inoportuna enfermedad, conspira en primer lugar en contra del propio gobierno: las deficientes o abiertamente falsas informaciones suministradas en algunas áreas por el INDEC le impide elaborar con racionalidad y eficacia las políticas públicas que el país necesita. La intervención en ese organismo, además, es un grave atentado en contra de la población porque la priva de acceder a datos básicos con los que, por ejemplo, defender su nivel de vida y sus salarios en las paritarias. En este sentido el subregistro de la inflación ha adquirido ribetes escandalosos toda vez que no son las desacreditadas consultoras privadas sino las propias oficinas de estadística de las provincias gobernadas por el Frente de la Victoria quienes mes a mes desmienten las fantasiosas cifras del INDEC. No sólo ellas: lo mismo hacen los sindicatos afiliados a la CGT, que negociaron reajustes salariales –para acompañar al aumento de los precios internos- del orden del 25 al 35 %, reajustes que fueron homologados por las autoridades nacionales y sobre todo por el Ministerio de Trabajo. Acabar con este engaño debería ser una de las primerísimas tareas a encarar  por la presidenta  lo antes posible, conciente de que esa mentira no sólo ofende a la ciudadanía sino que entorpece su propia gestión de gobierno.
Cuando el tema de la agenda del próximo período sale a la palestra son muchos los que en el ámbito oficial y sus aledaños dicen que lo que hay que hacer es “profundizar el modelo”. No vamos a reiterar en esta nota todo lo que discutimos extensamente en anteriores publicaciones de este blog y que diera lugar a un apasionado debate. Pero no está demás recordar que los principales aciertos del kirchnerismo –como, por ejemplo, la quita en los bonos de la deuda externa o las estatizaciones de las AFJP o de Aerolíneas Argentinas- se produjeron cuando se dejaron de lado las prescripciones del modelo de acumulación instaurado bajo el primado del neoliberalismo desde finales de la década de los ochentas  y cuyos poderosos influjos se sienten todavía el día de hoy. Para entendernos: si hablamos rigurosamente un “modelo” no es una sumatoria de políticas públicas sino un tipo específico de articulación entre acumulación capitalista, dominación política y organización social. Al decir que el actual “modelo” tiene su génesis en la última dictadura militar y su consolidación en el decenio menemista se está afirmando que como producto de la refundación reaccionaria del capitalismo global desde mediados de los setentas el eje central de la acumulación capitalista se desplazó hacia los sectores más concentrados (y extranjerizados) de la economía, entre los cuales sobresalen el petróleo, el gas, la gran minería, el sector financiero y el agroexportador (principalmente el complejo sojero), todos los cuales fueron (y siguen siendo) beneficiados por incentivos, subsidios, exenciones impositivas y facilidades de todo tipo que explican las fenomenales tasas de ganancia que exhiben estos sectores. Este “modelo”, neoliberal en su espíritu y en su corporización práctica, tiene como puntales:
a) la sobrevivencia de la Ley de Entidades Financieras de Videla-Martínez de Hoz, pieza legal fundamental para institucionalizar el predominio de la banca extranjera y del capital financiero en general;

b) la vigencia de la Carta Orgánica del Banco Central establecida por Domingo F. Cavallo que todavía condiciona negativamente a las actuales autoridades de esa institución para actuar de conformidad con las exigencias de la coyuntura;
  
c) la extraordinaria regresividad del sistema impositivo, en virtud de la cual la renta financiera queda exenta de obligaciones tributarias al igual que la transferencia de activos de sociedades anónimas,  mientras que una parte creciente de los asalariados debe pagar el impuesto a las ganancias –la magia del neoliberalismo todo lo puede: ¡sueldos y salarios se convierten en “ganancias” y como tales sujetas a un tributo-  al tiempo que los sectores de menores ingresos ven encarecidos los ítems de la canasta básica de alimentos con un IVA del 10.5 %;

d) el continuo saqueo de nuestras riquezas naturales, sin ninguna clase de efectivo control  fiscal –especialmente en hidrocarburos, minería, pesca- que impide saber cuánto se extrae y cuánto se exporta. Si algún dato se tiene es por las declaraciones juradas que las empresas interesadas elevan a nuestras autoridades;

e) la descontrolada “sojización” del agro, con los graves perjuicios que conlleva no sólo una acelerada “reprimarización” de la economía sino también la expansión del monocultivo y la primacía adquirida por el poderoso complejo transnacional del “agronegocios”, en desmedro de los pequeños y medianos productores locales;


f) el elevado grado de concentración y extranjerización de la economía. Una encuesta periódicamente realizada por el INDEC sobre este tema demostró que en el 2010 las 500 mayores empresas del país  daban cuenta nada menos que  del 22 % del PIB de la Argentina. Ese mismo estudio señalaba que 324 de las 500 mayores empresas –o sea, dos de cada tres- que operan en el país son extranjeras; y todas foráneas son las seis más grandes:
YPF, Cargill, Telecom, Petrobras, Carrefour y Jumbo. Extranjerización que, como lo señalan recientes estudios, se extiende también a la tierra, inclusive en zonas de frontera;

g) perpetuación de la precarización laboral, la tercerización, el trabajo no registrado (¡inclusive en la administración pública!), penosas herencias de los noventas que aún persisten en nuestros días.

            Estos rasgos, gestados durante los años de la dictadura y el menemismo siguen penosamente caracterizando a la economía argentina. Hubo cambios, sin duda, pero las vigas maestras del “modelo”, neoliberal hasta el tuétano, siguen en pie. A ello se debe la persistencia de elevados niveles de pobreza -cercanos al 30 % según los análisis más confiables- en los sectores más postergados y también la fragilidad económica de las capas medias, donde para una pareja con ambos miembros trabajando “en blanco” y con buenas remuneraciones la adquisición de un departamento de dos ambientes se presenta como una empresa de muy difícil realización. En suma, el “modelo”, fiel a sus orígenes, crece pero al hacerlo concentra ingresos y riquezas, desnacionaliza la economía y no distribuye. Quien lo hace, a duras penas y con muy modestos resultados, es el estado.

La izquierda y la coyuntura

         Para concluir: la presidenta tiene la re-elección asegurada. Ha sido ratificada plebiscitariamente y gracias a esta relegitimación dispone de un amplio campo de maniobra para introducir los cambios que necesita el país. Si tiene voluntad de hacerlos seguramente contará con un enorme respaldo popular, como lo atestigua el resultado de las primarias. Cuenta también con un Congreso que no tendrá fuerza para interferir o entorpecer sus más trascendentales iniciativas y los poderes mediáticos han demostrado que pueden desatar una molesta vocinglería pero no tienen como frenar las políticas  gubernamentales. Este es el momento para avanzar a toda máquina por el camino de las reformas estructurales, dejando de lado los paliativos y las políticas de parche. Además, haga lo que haga, los futuros historiadores y cronistas de la derecha ya condenaron a la presidenta. Seguirá siendo sometida a toda suerte de presiones, chantajes y agresiones por los moderados  avances sociales producidos durante estos últimos años. Siendo esto así es preferible que la condenen por las cosas buenas que podría hacer y no por lo que dijo que quería hacer y después no lo hizo. Eso sí: CFK tendrá que apresurarse porque dispondrá de poco tiempo, un año a partir del inicio de su nuevo término presidencial. El 2012 debería ser el año de las grandes batallas. Poco después comenzarán las disputas con vistas a las elecciones parlamentarias del 2013 y, enseguida, estallará abiertamente la durísima lucha por la sucesión presidencial. Por lo tanto, si no es ahora, ¿cuándo?

         Podrá objetarse, con razón, que el planteo anterior adolece de un fuerte voluntarismo. Ello es así porque hemos optado, metodológicamente hablando, por suspender por un momento una valoración radicalmente crítica que considere a los datos definitorios de la coyuntura actual como resultados inamovibles de un proceso que no admite correcciones o rectificaciones. Si bien adherimos sin reservas a la perspectiva crítica que ofrece el marxismo -en el sentido de que sabemos que dentro del sistema no hay solución para la crisis del capitalismo, y que éste es una imparable máquina de producir injusticias, pobreza y exclusión económica, social y política que sólo una revolución socialista pondrá fin- creemos que al menos hipotéticamente se le podría conceder al gobierno el beneficio de la duda. ¿En qué sentido? En el sentido de reconocer que las renovadas y cada vez más violentas contradicciones del capitalismo, aguijoneadas  por la crisis actual, van a desbaratar cualquier intento de gestionar a la economía y mantener el orden social apelando a las herramientas macroeconómicas convencionales, incluyendo las tenidas por “heterodoxas”. Empujado por circunstancias signadas por profundos desequilibrios en la vida económica y una creciente agitación social y política más pronto que tarde el gobierno se enfrentará a un dilema de hierro: avanzar por el sendero de las reformas estructurales que le permitan neutralizar los efectos desquiciantes de un capitalismo en crisis o bien quedar sepultado bajo sus escombros, abriendo el paso a una restauración conservadora que ponga fin a todas sus ilusiones progresistas.
Acérrimos críticos del capitalismo, Marx, Engels, Lenin, Trotsky y Gramsci, entre otros, nunca dejaron de reconocer las posibilidades de recomposición y cambio que los capitalistas siempre tienen a su alcance aún en medio de las más profundas crisis. Más de una vez Marx se reprochó por haber errado en sus sombríos pronósticos sobre el curso futuro de Francia una vez establecido el régimen bonapartista, refutados implacablemente por casi veinte años de vigorosa expansión económica que sólo la guerra franco-prusiana de 1870 pondría fin. Atentos a esta lección hay que desterrar la tentación de pensar que, ante la crisis, el kirchnerismo jamás osaría transitar por el sendero de las reformas estructurales. Sus relaciones con la clase dominante son complejas y por momentos contradictorias: promueve sus ganancias y facilita sus negocios –si no véase lo ocurrido con el voto “del campo” en las primarias, o las declaraciones de Franco Macri o de tantos otros capitostes del empresariado local- aunque lo hace en un clima de mutuo recelo y permanentes tironeos ocasionados por la insaciable voracidad de una y otro.
Si estas tensiones, exacerbadas al calor de la crisis, llegaran a sobrepasar un cierto umbral no sería extraño que se desencadenase una ruptura entre la clase dominante y el gobierno, colocando al kirchnerismo ante el dilema enunciado más arriba: reformas estructurales  o capitulación. Acosado por similares más no idénticas circunstancias Franklin D. Roosevelt optó por lo primero: fortaleció el movimiento obrero y organizó al partido demócrata, y a partir de allí lanzó el New Deal, un programa tenazmente resistido por gran parte de la burguesía estadounidense que consideraba confiscatoria y “comunista” la nueva legislación tributaria –en un pleito que sólo se resolvió en la Corte Suprema de Estados Unidos- y los renovados poderes de la Reserva Federal, al paso que denostaba como demagógicas las audaces iniciativas en materia de seguridad social y asistencia médica impulsadas desde la Casa Blanca. Obviamente, era un programa que no tenía la menor intención de salirse del sistema y abandonar al capitalismo; no obstante, acuciado por las premuras del momento, para salvarlo era preciso otorgar  significativas concesiones a las clases populares a la vez que se recortaban algunas de las más irritantes prerrogativas del capital. Que no hubiera aparecido un partido revolucionario capaz de aprovechar las oportunidades que se abrieron en esa coyuntura es otra historia. A la luz de la experiencia histórica, desde Napoleón III a Roosevelt, ¿deberíamos excluir a priori que una salida “reformista burguesa” pudiera ser elegida por CFK? Hay numerosos indicios de una creciente tensión al interior del kirchnerismo, originada por las limitaciones y perversiones del “modelo” y por el creciente hiato que separa el discurso crítico del neoliberalismo del pesado legado neoliberal que aún hoy informa buena parte de las políticas oficiales. ¿Quién estaría en condiciones de asegurar que, forzado por las circunstancias, el kirchnerismo preferiría suicidarse antes que abrazar una opción reformista, aunque sea por razones tácticas, oportunistas o demagógicas de supervivencia política?

Y si tal cosa llegara a ocurrir, ¿estarían la izquierda y el movimiento popular en condiciones de sacar partido de la situación? Es evidente que la debilidad de las fuerzas socialistas, comunistas y de izquierda de la Argentina, herederas de traumáticas experiencias del pasado, conspira contra su capacidad para gravitar decisivamente en la coyuntura. El tsunami peronista de 1945 cambió radicalmente la estructura y la identidad de la clase trabajadora y el movimiento popular, condenando a la izquierda a jugar un papel marginal en el desarrollo de las luchas de clases durante décadas. Ante ello habría que estar sumamente atentos a las inéditas posibilidades que podrían abrirse en el marco de la crisis actual y sus reflejos en un país de la semiperiferia capitalista como la Argentina. No hay un único camino para la emancipación de la clase trabajadora, y más importante que el punto de arranque son el itinerario, las novedades generadas a lo largo de un continuo proceso de luchas sociales (que cambia conciencias, proyectos, modos de organización y liderazgos) y la meta hacia la que apuntan los conflictos y antagonismos del momento.
Para ello es preciso tener en mente que estamos ingresando a una nueva etapa en la historia del capital: la contraofensiva reaccionaria inaugurada en los años ochenta del siglo pasado de la mano de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II se ha agotado y se derrumba estrepitosamente. La conmoción social que sacude a Europa, desde la ola de huelgas en Grecia hasta el repudio a los banqueros en Islandia, pasando por los incendios en Londres, los “indignados” españoles y el fragilísimo equilibrio político apenas sostenido en Francia y Alemania, es un claro anuncio del cambio de época, y sus violentas reverberaciones se dejarán sentir en todo el mundo. La Argentina y América Latina, por más que se las intente blindar, no serán la excepción a la regla. Fin de una época que coincide con la inexorable decadencia del imperio norteamericano, incapaz de ganar guerras (aunque destruya países), de ordenar el caos económico internacional y de acomodar el tablero político mundial en función de los intereses imperiales. En un marco de cambios epocales en donde la mismísima supervivencia del capitalismo está puesta en cuestión -¡ya no por el “catastrofismo” de sus críticos sino por el diagnóstico de los “intelectuales orgánicos” del capital!- la izquierda argentina tiene la posibilidad y el deber de reconstituirse de forma tal de poder incidir positivamente en el curso de los acontecimientos, dejando de ser lo que, a pesar suyo, fue durante décadas: una presencia testimonial. Para que esto sea posible deberá abandonar todo dogmatismo y saber leer, en los enrevesados y contradictorios pliegues de la coyuntura actual, las oportunidades que podrían existir para desarrollar un proyecto emancipatorio para nuestro pueblo y actuar en consecuencia.

37 Comentarios

  1. Gege Dai
  2. chenlina
  3. Anónimo
  4. Hua Cai
  5. Anónimo

    Atilio, disculpe el atrevimiento, pero ud habla de medios hegemónicos y alude a Gramsci, por supuesto creador del concepto de hegomonía, pero si mal no recuerdo, en su definicion y explicacion de las relaciones de fuerza y sus distintas fases para la creación a la de hegemonía recuerdo que esboza la idea de que se logra la misma cuando un grupo ideologico se disputa y logra imponerse por sobre otro grupo, dudo mucho que el grupo Clarín conforme un medio Hegemónico tal como Gramsci lo habia pesado, acaso es el unico que dirige la conduccion política y cultural? que pasa con los numerosos medios estatales ?
    Disculpe, gracias..
    saludos

    Estefanía L.

    Responder
  6. Anónimo

    A mi me extraña que se tenga optimismo en un gobierno que no ha tocado los intereses de las corporaciones y que no lo va a hacer porque no podría sobrevivir sin eso. También tanto optimismo, cuando todos sabemos que la figura es ella, y que el fvp también atraviesa la crisis política que todos los partidos. Cuando se habla de izquierda testimonial, me parece re burgués ese concepto. Porque en la democracia burguesa, marketinera puede ser que tengan poca presencia, pero en el movimiento obrero, no es el caso. En las principales luchas obreras estuvo esa izquierda.

    Responder
  7. juan

    Me resultó muy enriquecedor tu análisis…dentro del escenario que presentas, me gustaría saber en que organizaciones o espacios concretos(si es que consideras que existen)vislumbras que se encarna o puede encarnarse esta izquierda no testimonial en la argentina actual…

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  8. Mauro Forlani

    Estimado Atilio: Lei la nota "Cristina Recargada"……queria hacerte una consideracion:

    -En terminos generales estoy de acuerdo con los argumentos que planteas alli en cuanto a las cuestiones positivas del kirchnerismo y tambien que este proceso le falta afectar nucleos duros de la herencia neoliberal. Sin embargo pienso que la autodenominada "izquierda" en general (desde la mas moderada a las expresiones radicalizadas) exigen al gobierno y critican al mismo por no afectar con mayor profundidad los intereses concentrados de la economia, pero a la hora de la verdad, "cuando las papas queman" la izquierda ha tenido un comportamiento que deja mucho que desear.
    Vos decis que el gobierno no a "tocado" en profundidad al sector agroexportador "sogero". Pregunto ¿si la 125 que apenas implicaba subir unos puntitos alas retenciones casi se lleva puesta el gobierno de Cristina? ¿que consecuencias podra tener para la gobernabilidad profundizar la cuestion?.Mientras parte de "la izquierda" se aliaba con el "campo", otra parte sostenia que era un conflicto "interburgues" y otros achacaba al gobierno cuestiones procedimentales como-la no distincion entre pequeños, medianos y grandes- en el universo agrario.

    Cuando a decir verdad un 70% e losde "pequeños y medianos" de la pampa humeda son rentistas que alquilan sus campos apartir de 15. 00 pesos por mes sin mas esfuerzo que tomarse un vermusito en el pueblo.
    Se dira que el gobierno no afectaba a las exportadoras. Pero si afectaba, ademas de los citados, al 20% mas concentrado que produce y exporta el 80% de la soja. Con la derrota en el congreso este sector se vio beneficiado. Entonces cuando pedimos al gobierno "mayor profundidad" como hemos andamos por casa?

    Bueno Atilio gracias por tu tiempo…. si me podes contestar mejor …

    Saludos Atilio.
    He leido casi todos tus libros (aunque disienta en algunas cuestiones).
    Lector.Mauro Forlani

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  9. Anónimo

    Interesante análisis, Don Atilio.

    Responder
  10. Lucastiglia

    Aclaración de mi anterior comentario: donde dice "En el 2009 Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires…" debe decir 2011.
    Saludos

    Responder
  11. Salteña

    Con un ministro tan laxo como Boudu ahora Vice no tengo ninguna esperanza respecto a esa posible proyección

    Responder
  12. Todo Para Todos

    El FAP no merece nada. Es el centrismo. Por favor…es la "social democracia europea" que nada tiene de socialista.
    Quien critica al gobierno actual y propone al FAP como algo superador pierde seriedad o muestra su hilacha anti-peronista.

    Binner es nuestro Zapatero. Por sus "buenas formas", su moralismo burgués termina siendo un De La Rua. Ese fanatismo institucionalista te lleva a la inaccion y a ser sumiso. El FAP le hace el juego a la derecha porque ni tiene un discuros anti capitalista (como si tiene el Frente de Izquierda) ni tiene la capacidad pragmatica y la cintura politica para gobernar como si tiene el FPV. No son ni chicha ni limonada.
    Ya conocemos bien a estos que se dicen socialistas y no son más que burgueses sensibles. Terminan siendo el centro y no tienen huevos para hacer cambios.
    Prefiero a una mujer que se admita pro-capitalista, pero capaz e inteligente, que sea de centro-izquierda como CFK, con los huevos (u ovarios) bien puestos para hacer los cambios que ya hizo, que votar a un tipo que va a ser facilmente dominado por las corporaciones como Binner.
    No caigamos otra vez en la Alianza, por favor. Tengamos memoria.

    Segundo, Atilio, no se trata de comparar a Cristina con Evo o Chavez, se trata de comparar los pueblos a los que representan.
    Vos conoces esos países, ¿te parece que existe una conciencia anti-capitalista tan fuerte en Argentina?
    Aca la gente está feliz con el capitalismo.
    Profundizar el modelo es profundizar el keynesianismo. Lo que necesitamos es fortalecer el tejido social para generar esa conciencia revolucionaria que hoy no está y sólo puede llegar cuando los hijos de los trabajadores accedan a la universidad, por ejemplo.
    Hoy la gente esta feliz con este capitalismo hiper-consumista y de ahi no la sacas, por mas voluntad que tengamos.
    Por más que el FIT sea una máquina de cometer errores, el discurso anti capitalista que tienen debe ser oido. Y por mas que el FPV no sea el socialismo, es el que mejor puede tender los puentes hacia él. El FAP, y sobretodo Binner, es la nueva estrella fugaz de la centro-izquierda, como fue Solanas hace un tiempo.

    Responder
  13. Lucastiglia

    Estimado Atilio. Muy clara y oportuna reflexión sobre el escenario electoral post – Primarias, y un excelente análisis sobre la situación de la estrategia de la clase trabajadora.
    Otro aspecto a tener en cuenta en estas elecciones es que CFK obtuvo más votos (en términos porcentuales) que Scioli. Siendo este punto es uno de los determinantes a la hora de hablar de 2015 y candidaturas.
    En 2007, Scioli obtuvo el 48,64% de los votos, mientras que Cristina obtuvo el 45,91% de los votos en la Provincia de Buenos Aires. En el 2009 Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires obtuvo el 53,09% de los votos, mientras que Daniel Scioli, pre-candidato a gobernador por el FpV obtuvo el 46,84% de los votos de las mesas escrutadas. Es decir que CFK obtuvo 6,25% más votos que los que obtuvo Scioli.
    Estos datos que quiero agregar deben estudiados con mayor precisión, siendo que estas elecciones son Primarias y que el FpV tenía dos agrupaciones en la Pcia de Buenos Aires, sumado a la lista de adhesión del Nuevo Encuentro.
    Envío un saludo
    Lucas

    Responder
  14. Lucastiglia

    Estimado Atilio. Muy clara y oportuna reflexión sobre el escenario electoral post – Primarias, y un excelente análisis sobre la situación de la estrategia de la clase trabajadora.
    Otro aspecto a tener en cuenta en estas elecciones es que CFK obtuvo más votos (en términos porcentuales) que Scioli. Siendo este punto es uno de los determinantes a la hora de hablar de 2015 y candidaturas.
    En 2007, Scioli obtuvo el 48,64% de los votos, mientras que Cristina obtuvo el 45,91% de los votos en la Provincia de Buenos Aires. En el 2009 Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires obtuvo el 53,09% de los votos, mientras que Daniel Scioli, pre-candidato a gobernador por el FpV obtuvo el 46,84% de los votos de las mesas escrutadas. Es decir que CFK obtuvo 6,25% más votos que los que obtuvo Scioli.
    Estos datos que quiero agregar deben estudiados con mayor precisión, siendo que estas elecciones son Primarias y que el FpV tenía dos agrupaciones en la Pcia de Buenos Aires, sumado a la lista de adhesión del Nuevo Encuentro.
    Envío un saludo
    Lucas

    Responder
  15. Jorge Yaco

    Sea ecléctico o no,creo el FAP merece un comentario.El FAP es un frente electoral de al menos cuatro culturas:el radicalismo que reivindica a Yrigoyen y el alfonsin del 83,libres con su tradición marxista guevarista,la CUP articulada alrededor de la corriente no K de la CTA y el PS,con su componente juan b justiano y la impronta del MNR-PSP(remember Victor Raul Haya de la Torre).El eclecticismo entonces es inevitable.El tema es si logrará unidad de acción politica y si la podrá mantener.Y si la izquierda debe implicarse en ese intento de Frente amplio o debe balconear.He ahi un debate

    Responder
  16. Greek

    Releo mis comentarios y veo que no solo resultan confusos sino que incluso ofensivos. No, no creo que haya que "profundizar el modelo", no creo que el peronismo sea un movimiento sostenible ni estoy feliz con la "muerte del marxismo" (idea bastante debatible, lo admito). Estaba siendo pesimista sobre la realidad.

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  17. Nahuel

    Atilio, lo felicito (es lo menos que puedo hacer) por su blog. Ahora, unos comentarios.
    Habló acerca del reformismo, de una posible salida que más tibia o decididamente procederá realizando reformas o reestructuraciones ante un futuro escenario de profunda crisis, según marque la coyuntura.
    Yo creo que la crisis que desencadenará eso va a ser la clásica restricción del sector externo, dado un eventual sobrecalentamiento de la economía local (que se traducirá en más importaciones), y/o una eventual desaceleración China que tire para abajo la cotizaciones de nuestros commoditties. No obstante, es relativamente "administrable" tras un leve "ajuste". Esto, en primer lugar, no lo veo como una catástrofe, si tomamos como antecedente la crisis 2008-2009, donde el PBI no creció (consultoras dieron crecimiento negativo), se redujeron drásticamente nuestras exportaciones, bajó el consumo, bajaron las importaciones (por debajo de las exp), se destruyeron empleos, y sin embargo las bases populares y sindicales del kirchnerismo se mantuvieron intactas (hubo mucho de política anticíclica que sostuvo una relativa paz social).
    Con este antecedente, tendríamos que hablar de una crisis significativamente mayor, y si algo de esta naturaleza impacta sobre Argentina, impactará igualmente sobre el resto de Latinoamérica. Primero, ¿usted cree que una articulación regional (léase, conjunta) hacia un mayor estatismo es posible? No me imagino a Argentina padeciendo aisladamente la crisis.
    Segundo, no mencionó la experiencia Venezolana. Si el gobierno procede reestructurando el andamiaje neoliberal, ¿se tratará de un avance similar (en sentido y profundidad) al de Venezuela?

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  18. Raúl

    Gracias Atilio. Muy interesante el análisis. Cuando ganó CFK en las elecciones de 2007 imaginé que quizás estaban los K esperando tener un respaldo popular como el que consiguieron entonces para encarar los cambios estructurales que, supuestamente ellos venían a protagonizar(¿se acuerdan del discurso de Néstor cuando asumió, de los ideales etc.?. En poco tiempo fui convenciéndome que mis (mesuradas) expectativas eran ingenuas. No creo que tengan la voluntad, ni la sabiduría, ni la grandeza, ni la temeridad necesarias para acometer una empresa que genere un verdadero movimiento nacional emancipador más allá de intereses electoralistas y sectoriales. Están (estamos) montados sobre una coyuntura económica que se generó más allá de ningún programa económico y que, así como llegó puede irse dejándonos en bolas (no encuentro otro término más gráfico). Siguiendo con tu razonamiento (y dándoles un poco de crédito) me interesaría saber, a tu juicio y en orden de prioridades, qué cambios estructurales concretos podría implementar en poco tiempo este gobierno de modo de empezar a "curarse en salud" y consolidarse evitando sucumbir ante las amenazas que parecen cernirse sobre nuestra precaria(¿?)estabilidad actual.

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  19. Anónimo

    Estimado Atilio, ante todo aclaro desde donde escribo (soy militante del PS dentro del FAP) excelente el analisis,pero quiero expresar que me parece optmista con respecto al FpV ya que hasta el 2008 tambien tenía mayoría en ambas camaras del Congreso, más de 21 gobernadores y hasta Clarin de su lado y no realizó "reformas estructurales", al contrario, fue despues de la derrota que comenzó con algunos cambios…
    Tambien quiero saber cual es el eclecticismo del FAP o mejor dicho de Binner en particular, sobre todo comparado con CFK?
    Un abrazo

    Marcelo Luna

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  20. atilio

    Hola todas y todos. Aquí va una breve respuesta a sus comentarios:
    GREEK (y en parte Anónimo): el cuento de que el marxismo murió lleva más de un siglo, y lo seguimos discutiendo. ¿Quién discute hoy a Spengler, en cambio? Nadie, porque ese sí murió. Y en cuanto a que "es imposible construir un proyecto sin el peronismo, y más específicamente el FPV" la pregunta es: ¿proyecto para construir qué cosa? ¿Lo que tenemos hoy? ¿"Profundizar" el modelo? ¡Por favor! Gracias igual por tu atenta lectura.
    PARA REÍR, ..: si lees con atención lo que yo digo es que, probablemente y a pesar suyo, la única alternativa que le quede a CFK será meterse a realizar cambios estructurales. La crisis general del capitalismo no perdonará a la Argentina.
    MARIO DE QUILMES dice que "La "izquierda" tiene que dejarse de joder en la búsqueda de la revolución socialísta, necesita imperiosamente trazar caminos para llegar a ella y no andar como el gallito ciego." En eso andamos, ese es el objetivo de mi artículo. Ah, ¡por favor! No pongas en la misma categoría a CFK, Evo, Correa y Chávez. Los tres últimos tienen como horizonte, mal o bien, una variante del socialismo. Para CFK el capitalismo es el mejor sistema posible (y si querés citas de sus discursos diciendo eso las hay a montones)
    ALICIA: ¡no sabía!. Por supuesto conozco a Fer, un excelente muchacho amigo de mi hijo.
    JOSÉ ALEMANDI/JORGE YACO: Que la oposición es un desastre todos los sabemos. Mi crítica se dirigió fundamentalmente a Udeso/PJ en sus variantes, ARI-CC, etcétera. La izquierda dura por ahora no gravita políticamente, por eso no la incluí en mi análisis. Tampoco lo hice con el FAP porque mi objetivo era analizar el escenario para la elección del 23-X, y no creo que el FAP pueda constituirse como para disputar la elección a CFK. ¿Que puede llegar a 3 millones de votos? Es muy posible, y ojalá que así sea. De todos modos me preocupa su eclecticismo ideológico. Tal vez me equivoque, pero por ahora lo veo así.
    A ALEJANDRO, le debo el análisis sobre lo de España.

    Responder
  21. atilio

    Hola todas y todos. Aquí va una breve respuesta a sus comentarios:
    GREEK (y en parte Anónimo): el cuento de que el marxismo murió lleva más de un siglo, y lo seguimos discutiendo. ¿Quién discute hoy a Spengler, en cambio? Nadie, porque ese sí murió. Y en cuanto a que "es imposible construir un proyecto sin el peronismo, y más específicamente el FPV" la pregunta es: ¿proyecto para construir qué cosa? ¿Lo que tenemos hoy? ¿"Profundizar" el modelo? ¡Por favor! Gracias igual por tu atenta lectura.
    PARA REÍR, ..: si lees con atención lo que yo digo es que, probablemente y a pesar suyo, la única alternativa que le quede a CFK será meterse a realizar cambios estructurales. La crisis general del capitalismo no perdonará a la Argentina.
    MARIO DE QUILMES dice que "La "izquierda" tiene que dejarse de joder en la búsqueda de la revolución socialísta, necesita imperiosamente trazar caminos para llegar a ella y no andar como el gallito ciego." En eso andamos, ese es el objetivo de mi artículo. Ah, ¡por favor! No pongas en la misma categoría a CFK, Evo, Correa y Chávez. Los tres últimos tienen como horizonte, mal o bien, una variante del socialismo. Para CFK el capitalismo es el mejor sistema posible (y si querés citas de sus discursos diciendo eso las hay a montones)
    ALICIA: ¡no sabía!. Por supuesto conozco a Fer, un excelente muchacho amigo de mi hijo.
    JOSÉ ALEMANDI/JORGE YACO: Que la oposición es un desastre todos los sabemos. Mi crítica se dirigió fundamentalmente a Udeso/PJ en sus variantes, ARI-CC, etcétera. La izquierda dura por ahora no gravita políticamente, por eso no la incluí en mi análisis. Tampoco lo hice con el FAP porque mi objetivo era analizar el escenario para la elección del 23-X, y no creo que el FAP pueda constituirse como para disputar la elección a CFK. ¿Que puede llegar a 3 millones de votos? Es muy posible, y ojalá que así sea. De todos modos me preocupa su eclecticismo ideológico. Tal vez me equivoque, pero por ahora lo veo así.
    A ALEJANDRO, le debo el análisis sobre lo de España.

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  22. Jorge Yaco

    Jorge Yaco
    Ignoro porque Atilio no menciona que una opción progresista obtuvo dos millones cien mil votos con el programa de apoyar lo positivo e ir por mas ( buena parte de la agenda de Atilio la plantean las cabezas del FAP en Capital y Provincia,Claudio Lozano y Victor de Genaro).Y esa opción con 25 parlamenatriso va camino a los tres millones votos en Octubre.Atilio la ignora¿porque ?

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  23. JOSE ALEMANDI

    ES LA GESTIÓN DIARIA Y CONTINUA DEL ACTUAL GOBIERNO, LO QUE LO DIFERENCIA DE LOS ANTERIORES PORQUE SE OCUPA DE LOS TEMAS COTIDIANOS A RESOLVER Y NO TRABAJA COMO UN SIMPLE GESTOR DE LAS CORPORACIONES. LOS ARGENTINOS ESTAMOS A COSTUMBRADOS A VIVIR "A CORTO PLAZO", Y MAL, PERO AHORA YA VAMOS POR "EL MEDIANO PLAZO", Y BASTANTE BIEN…DEL ANÁLISIS DEL LARGO PLAZO SE OCUPARÁN LOS POLITÓLOGOS, COMO UD. Y SE CONCRETARÁ LA CONTINUIDAD Y EL MEJORAMIENTO DEL MODELO SI LA GENTE APRENDE A INTERPRETAR LA HISTORIA Y LA DIRIGENCIA SIGUE TRABAJANDO PARA QUE DEJEMOS DE SER CIUDADANOS DE SEGUNDA EN ESTE MUNDO GLOBALIZADO.

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  24. ----Alejandro Montoya

    Muy buen análisis!!! ▬objetivo y sincero e interesante proyección- explicitando desde donde se habla, le da más fuerza—▬También el reconocimiento a los méritos de la gestión K— ▬Interesante la observación sobre las vigas del modelo neo-liberal que siguen en pie,–▬▬▬sabemos que para demoler vigas se necesita una gran >fuerza, pero además la >voluntad de hacerlo▬▬>>el Gobierno de Cristina con estos resultados tendría la fuerza–
    ->también es interesante lo del "beneficio de la duda", que le otorga a la voluntad entre realizar las "reformas estructrurales o recapitular"–>
    ▬>entendiendo que las reformas, para la crisis del capitalismo, no serían posible realizarlas, desde la óptica Marxista, sin una revolución socialista—–> ▬▬creo que seguirán produciendose cambios en la dirección correcta, a una velocidad democrática—▬▬▬▬
    -PREGUNTA: tema España–> que con el PSOE en el Gobierno entra en crisis neoliberal, y el pueblo se vuelca a un cambio que favorecería al PP, e incluso IU busca alianzas con el PP—> es como tratar de apagar un incendio con combustibel, como lo explica????? ▬ saludos

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  25. Anónimo

    Me pareció un excelente comentario, sobre todo en lo referente a las cosas que dejo el neoliberalismo y que no han sido modificadas por este "modelo".
    Cuanto a el análisis de las fuerzas de la oposición no se tiene en cuenta al Frente Amplio Progresista, que a mi jucio es la verdadera opción en Argentina

    Responder
  26. Greek

    Cuando dije que murió Marx quise decir que murió el marxismo tanto como movimiento social como intelectual.
    El último marxista de verdad fue Gramsci, que en mi opinión debería tenerse en más estima que el propio Marx. Creo que si él viviera entendería que es imposible construir un proyecto sin el peronismo, y más específicamente el FPV. ¿A qué quiero llegar? Que puede revivirse a Marx, pero si creen que las autodenominadas izquierdas (el FIT) pueden hacerlo, están muy equivocados.

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  27. JOSE ALEMANDI

    LAS PRIMARIAS DEJARON NUMEROSAS ENSEÑANZAS PARA QUIENES TENGAN DESEOS DE APRENDER…QUE NO SON LOS INTEGRANTES DE LA OPOSICIÓN, PRECISAMENTE. SE REÚNEN ENTRE ELLOS, SE ESCUCHAN ELLOS MISMOS, DESPRECIAN Y DEGRADAN LA OPINIÓN DE OTROS CIUDADANOS; DENOSTANDO LAS MEDIDAS Y ACCIONES POSITIVAS DEL ACTUAL GOBIERNO, CON DESCALIFICACIONES Y AGRAVIOS INFUNDADOS, MÁS ACORDES A PROGRAMAS TELEVISIVOS DE CHUSMERÍOS, QUE A POLÍTICOS CON CRITERIO. NO ES PARA NADA SALUDABLE UNA OPOSICIÓN DESMEMBRADA E INCAPAZ DE MONITOREAR Y/O CORREGIR LAS ACCIONES DE GOBIERNO. EXCELENTE ANÁLISIS. FELICITACIONES.

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  28. Alicia Calvo

    Encontré tu blog por casualidad y justo caí en este paper. Excelente, Atilio!
    Alicia Calvo
    P.D. ¿sabías que tu hijo trabaja junto con el mío? Es Fer Ciarlo

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  29. Mario de Quilmes

    A que izquierda se refiere Boron?, A altamira y Castillo brindando con Gelblum o pidiendole a Rial los votos?. A los pequeños espacios de los gremios combativos, atomizados a la enésima potencia?, al PCR o Vilma? No quiero ser irrespetuoso, pero los pasos de comedia que dan los dirigentes actuales de la izquierda argentina me da pena.NO HAY ACTOR POLITICO DE IZQUIERDA y salvo que crea en el espontameísmo de las masas(cosa que un intelecual de su categoría descarta),es imposible que en cualquier coyuntura de crisis, por lo menos en argentina aquí y ahora,lo capitalice el pueblo para profundizar un modelo socialísta. Lo más probable que se acerque a cualquier Le Pen autóctono, dado la cerencia de proyecto de gestión creíble de parte de los sectores revolucionarios. He leído que hasta ATTAC,se está asombrando que su combate al capital globalizado, con la esperanza de cambiar el modelo de explotación, en la actual crisis européa, lo esta´n capitalizando los grupos de derecha nacionalísta.
    La "izquierda" tiene que dejarse de joder en la búsqueda de la revolución socialísta, necesita imperiosamente trazar caminos para llegar a ella y no andar como el gallito ciego. En estas pampas, formaciones políticas policlasistas, necesitan del proletario para acompañar el proceso democrático y de reditribución del ingreso. No se puede debilitar a gobiernos como el de Cristina, Evo, Dilma, Chavez, Correa, hay que acompañarlos y asumir los riesgos,trabajar muchísimo en las bases sin generar contradicciones que se vuelvan insalvables.

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  30. Para reír, para luchar...

    Me parece demasiado optimista su posición frente a que la presidente realice cambios estructurales, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que las únicas fuerzas que han preponderado dentro del oficialismo han sido las más tradicionales y conservadoras. Por más voluntad que presente CFK de realizar cambios (dudo que en realidad la tenga), hoy no ha construido una base social capaz de sostenerlos en la calle.

    Responder
  31. Anónimo

    Excelente tu análisis Atilio…Sin duda, que Marx está muerto y enterrado. No es necesario mitificarlo, casi es un halago materialista “está enterrado”…. pero la potencia de su legado analítico nos impone repensar, revisitar, avanzar en la consolidación y actualización de su pensamiento, sin caer en dogmatismos, cosa que Borón expresa con maravilla…"suspender metodológicamente hablando la valoración crítica" evidencia una vocación de un análisis coyuntural, sesudo y no mecánico…sostenido con argumentos, fuentes y no meras especulaciones, serio, riguroso y –sin paradoja aparente- crítico!

    Responder
  32. Greek

    Ese santo varón, metido ahí en su blog, ¡no hay oído aun que Marx ha muerto!

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  33. JorgeAngelHdez

    Gracias, Atilio, he estado esperando por su juicio acerca del triunfo CFK y de la situación política en Argentina

    Responder

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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